La atención al cliente en tu restaurante: Imprescindible

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De Postre Marketing

Nadie conoce tu restaurante mejor que tú.

Pero nosotros podemos hacer que marques la diferencia.

No hay mejor maridaje que unir la mejor atención al cliente a un buen producto y a la profesionalidad que transmite tu restaurante.

Son los tres pilares fundamentales para tener un restaurante de éxito, independientemente de si es un restaurante familiar o un gran restaurante con estrellas. Si estás leyendo este artículo es por que ya sabes que es importante y te vamos a explicar hasta qué punto es imprescindible.

¿Qué lugar debe ocupar la atención al cliente en tu lista de prioridades?

Sin duda, la atención al cliente debe estar en el podio de honor de tus objetivos a alcanzar.

Es imprescindible que tengas en cuenta este aspecto si quieres ofrecer la mejor de las experiencias a tus clientes potenciales. De nada sirve tener el mejor de los locales, situado en la mejor localización, servir los mejores manjares acompañándolos de los caldos perfectos, si descuidas atender a tus comensales como solo ellos se merecen.

¿Por qué es tan importante la atención al cliente?

Está claro que la atención al cliente es una realidad en cualquier tipo de negocio. Vendamos lo que vendamos, hay un cliente al que atender. Pero en el caso de los restaurantes, es indispensable cuidarlo y atenderlo con sumo mimo, sin caer en la ñoñería, pero sí haciendo que su experiencia sea inolvidable.

Cuando vamos a un restaurante, buscamos que nos atiendan con profesionalidad y que nos hagan pasar el mejor de los ratos. Para ello, debes observar todos y cada uno de los detalles.

¿Qué conseguirás cuando la atención al cliente es excelente?

Fidelidad, clientes satisfechos, asegurar el boca-oreja y ser referencia gastronómica a tener en cuenta por tus clientes. ¿Te parece poco? Sí, maridar un buen producto con una excelente atención al cliente significa éxito.

Es cierto que a veces acudimos a un restaurante porque nos han dicho que el producto es soberbio y que merece la pena disfrutar de la experiencia gustativa que nos ofrece, pero, ¿cuántas veces hemos oído “se come de maravilla, pero el servicio es “muy mejorable”? Muchas, ¿verdad? Otras, el comentario es “con lo amables que son y lo bien que te tratan, es una pena que la carta sea tan escasa y tan poco sabrosa”.

¿Y si dejas que esos comentarios formen parte del pasado aprendiendo que un restaurante no es solo una buena carta, sino también una formidable atención al cliente? ¿Te imaginas a todos tus clientes primerizos queriendo volver a disfrutar de tu apetitosa propuesta porque ha encontrado el lugar en el que satisfacer sus gustos gastronómicos y una atención al cliente exquisita? Seguro que sí y, lo mejor es que es posible.

¿Qué debes tener en cuenta para que la atención que das al cliente en tu restaurante esté – como vuestra oferta gastronómica – en boca de todos?

Debes elaborar un menú de trabajo que todos y cada uno de los componentes del equipo observéis, incluido tú, desde el momento en que la puerta del local se abre. Así que, manos a la obra. 

Empezando por el personal de cocina, siguiendo por los camareros, los baristas, las relaciones públicas y acabando por todos aquellos implicados en la experiencia ofertada debéis conocer a la perfección el producto que se ofrece, desde el origen hasta cómo se cocina, con qué ingredientes se acompaña, tiempos de cocción… Cuanta más información tengáis, mejor podréis satisfacer las preguntas del cliente.  

El cliente sabelotodo necesita tus respuestas, sin que le apabulles. El cliente desconfiado llega a tu restaurante bien informado y quiere saber si vosotros también lo estáis. Y el “foodie” quiere saciar su curiosidad.

¿Cómo ofrecer una atención excelente?

Recuerda que todo el equipo ha de estar implicado. Es importante que todo el personal esté motivado y se sientan valorados, sólo así podrán ofrecer una atención excelente. Básicamente es una cuestión de actitud que hay que trabajar en la dirección correcta:

Escucha activa. Imprescindible, pues, escuchar para poder atender a vuestro comensal según sus apetencias. No todos los clientes son iguales y, por ende, no deben ser tratados por igual. Hay clientes de todo tipo. Si ponéis en marcha el radar, enseguida detectaréis qué tipo de cliente se ha sentado a vuestra mesa y, con ello, podréis contentarlos en su justa medida.

Amabilidad en todo momento. A veces, en el fragor de los fogones es fácil perder algún que otro estribo, porque os ha tocado el cliente agresivo de turno, pues bien, recoged el estribo y ofrecedle la mejor de vuestras sonrisas.

Honestidad y coherencia. No queráis ser quien no sois. Ofreced aquello que podáis cumplir. Igual que vuestro local tiene un aforo limitado y ese es el que ofrecéis. Vuestro servicio, capacidad de trabajo, cocina y personal pueden satisfacer al cliente de forma distinta al del restaurante de la otra esquina. Mostraos tal y como sois.

Creatividad. Vivimos una época en la que parece que la creatividad es exclusiva de la cocina. No es cierto, también podéis ser creativos en otras áreas. Sentaos y pensad cuáles son vuestras fortalezas y haced que destaquen, que marquen la diferencia.

Ambiente armonioso y amigable. Si a la experiencia gastronómica le añadís un entorno que la sublime, ahí es donde vuestro cliente querrá estar.

Buena organización del tiempo. Sabiendo en todo momento qué hacer y cómo hacerlo, mostrando paciencia suceda lo que suceda. Solo así, demostraréis ser un equipo seguro, en el que poder confiar, permitiendo al cliente deleitarse con uno de los mayores placeres, que es el yantar.

Formación. No dejéis nada al azar. Es muy bueno formarse y, sobre todo, hacerlo en aquellas áreas en las que sabes que tu restaurante no destaca y puede ser un punto débil. La formación es la sal y la pimienta que realzará vuestra profesionalidad y vuestro saber hacer. Si a la experiencia le añadís conocimientos, no habrá rival para vosotros.

Así que como ves hay que arremangarse y trabajar un poco para que la atención al cliente que ofrezcas sea el producto estrella de tus menús. Recuerda que quien entra por la puerta, te ha escogido, y de la atención que reciba dependerá en gran medida que tu restaurante se convierta en una de sus preferencias a recomendar.

No olvidéis que hoy, el boca-oreja de antaño se llama redes sociales y estas son rápidas y llegan al rincón más recóndito imaginable.

¿No es suficiente mi buen hacer en la cocina y de lo bonito que me ha quedado el restaurante?

No. Por supuesto que no. Un negocio, cualquier negocio, es un compendio de muchos factores.

En el caso de tu restaurante no solo se trata de contar con el mejor chef o el mejor cocinero, aunque sea uno de los pilares fundamentales. No solo se trata de tener ese local donde todo detalle ha sido elegido con mimo buscando armonía, que también. No solo se trata de disfrutar de un entorno que enmarca tu restaurante resaltando aún más sus encantos, que sí, que también. Si a todo esto, no le añades esa delicada atención al cliente que hará que todo lo ofrecido aún sea mucho mejor, casi que podemos decir que uno de los pilares más importantes de tu negocio puede hacer que este se derrumbe.

La atención al cliente excelente es posible. Piensa en lo que te gusta sentir cuando eres tú el cliente. ¿Ofreces eso en tu restaurante? Sí, perfecto, y si es posible, mejóralo. Mejor dicho, hazlo posible, porque es posible.

Se trata de acariciar los sentidos de tus clientes hasta el mínimo detalle. Cada comensal tiene diferentes necesidades, por ello es indispensable observar, analizar, escuchar sus comentarios, comprender qué desean y cómo les gusta ser atendidos, para darles una atención personalizada.

Es básico aprender de ellos, si en tu restaurante atendéis a los clientes teniendo en cuenta sus gustos y preferencias, tendrás tus mesas llenas.  

Por muy bonito que sea tu restaurante, por delicioso que sea un plato, por excelentes que sean los vinos, si no tratas a tus clientes como esperan, difícilmente volverán.

Conclusión

Puedes dudar sobre qué platos, vinos, licores, postres, … vas a servir. Puedes optar por un proveedor o por otro. Puedes decorar el local según tus gustos – que no tiene por qué ser el gusto de los demás. Pero no puedes dudar que la atención al cliente que ofrezcas marcará la diferencia.

El cliente es como una flor, descuídala y morirá. Mímala, riégala, dale el abono que necesita y crecerá y se reproducirá expandiendo sus semillas para que otras flores germinen, crezcan y se reproduzcan.

Una buena atención al cliente será uno de tus mejores activos. En tus manos está hacerlo posible.

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